Nos encanta el sol, siempre y a todas horas: en la playa, cuando vamos a esquiar... Nos divertimos y nos hace sentir bien, pero también es obvio que debemos protegemos. El factor de protección solar (FP) es uno de los elementos que determinan la eficacia de una crema solar. Los protectores solares de NIVEA protegen la piel de los rayos UV, lo que ayuda a prevenir las quemaduras solares y los radicales libres. Por muy agradable que sea tomar el sol, todos somos –en mayor o menor grado– sensibles a la luz del sol.
Existen diferentes tipos de piel en función del color de la piel, el cabello y los ojos de la persona. Las pieles claras necesitan protegerse más del sol que las pieles oscuras, de forma que cada tipo de piel requiere un factor de protección solar específico.
Importante: el FP más adecuado para tu tipo de piel varía en función de la cantidad de tiempo que tu piel pueda protegerse a sí misma, es decir, que depende del tiempo que tu piel pueda estar expuesta al sol sin quemarse. Este periodo de tiempo oscila entre 5 y 30 minutos por término medio y depende de factores como el tipo de piel, la ubicación geográfica y la época del año.